El aborto en la adolescencia

Consecuencias e implicaciones del embarazo temprano y del aborto inducido

De acuerdo con el informe Estado de la Población Mundial 2004, del Fondo de Población de las Naciones Unidas (p. 76) “el embarazo es una de las principales causas de defunción para el grupo de mujeres 15 a 19 años de edad, y los mayores factores que inciden en ello son principalmente las complicaciones durante el parto y la realización el aborto en malas condiciones. Al menos una cuarta parte de los abortos realizados en malas condiciones, que se estiman en 20 millones, corresponde a mujeres de entre 15 y 19 años de edad y a ese grupo también corresponden casi 70.000 defunciones anuales a causa del aborto” (UNFPA, 2004). Diversos estudios muestran los diferentes rangos de incidencia de muertes maternas asociadas a dicha práctica entre las adolescentes y jóvenes en algunos países de la región. El informe Estado de la Población Mundial 2000 reporta que en Chile y Argentina, más de un tercio de las muertes maternas entre las adolescentes son resultado directo de abortos inseguros, mientras que en Perú, un tercio de las mujeres hospitalizadas por complicaciones del aborto tienen de 15 a 24 años (Fondo de Población de las Naciones Unidas, 2000).

Otro estudio realizado México indica que los riesgos asociados al embarazo, aborto, parto y puerperio son una causa importante de fallecimiento entre las mujeres jóvenes. En 1997, las muertes maternas representaron 5% de las defunciones de las mujeres de 15 a 19 años de edad, ubicándose como la quinta causa de muerte en este segmento de edad (Consejo Nacional de Población, 2000).

En Brasil se realizó un estudio de 1980 a 1995 sobre las muertes por aborto inducido, ya fuera por causales legales o no especificadas. De acuerdo con la investigación, hubo un aumento del total de muertes en menores de 20 años por dicha causa, pues pasaron de constituir 8.5 a 13% durante el periodo considerado (Gil de Carvalho Lima, 2000). Para 1998 se estima que más del 14% de las muertes por aborto correspondieron a jóvenes menores de 19 años (Rede Naciona Feminista de Saude e Directos Reproductivos, 1999). EnFortaleza, se analizó la mortalidad por aborto provocado en dos hospitales de la ciudad brasileña, de octubre de 1992 a septiembre de 1993. Se encontró que las defunciones por tal causa se concentran en las mujeres de 20 a 24 años (36% del total de los casos) y en las de 25 a 29 años (23.7%), mientras que 22.6% de estas muertes correspondieron a adolescentes menores de 19 años (Fonseca et al., 1996; Misago et al., 1998).

En Argentina, durante 1990 alrededor del 30% de las defunciones maternas de las adolescentes estuvieron relacionadas con el aborto. Se estima que durante ese año “el 13.5% (de un total de 53 871) de los ingresos hospitalarios por aborto correspondían a mujeres menores de 20 años” (Weller, 2000).

Según la Organización Mundial de la Salud, en 2004, 17% de las muertes maternas ocurridas en Latinoamérica y el Caribe se debieron al aborto inseguro, proporción que es la mas elevada del mundo (World Health Organisation, 2004). Aunque muchos estudios demuestran que esta práctica afecta a mujeres de diferentes edades, la incidencia del aborto inseguro y la mortalidad resultante parecen estar aumentando entre adolescentes solteras en áreas urbanas, sobre todo donde el acceso a servicios de control de la fecundidad es inadecuado (Population Today, 1998).

Las consecuencias de los abortos son con frecuencia muy graves, porque las adolescentes tienen dificultades para acceder a los servicios de salud y “el miedo a la censura las lleva a retrasar la asistencia a los servicios de salud para buscar ayuda”, en caso de complicaciones de aborto (Langer, 2002). Al analizar las admisiones por complicaciones del aborto en centros  hospitalarios, diversos estudios hechos en diversos países de la región ponen de manifiesto la importancia que tiene esta práctica en los adolescentes, así como sus consecuencias, sobre todo si se consideran las mayores dificultades que este grupo de población enfrenta para acudir a los servicios de salud.

Como señalan Guzmán et al. (2001), las complicaciones comunes de abortos en adolescentes incluyen hemorragias, septicemia, anemia, laceraciones vaginales, abscesos pélvicos, perforaciones del útero y esterilidad secundaria. En América Latina, entre el 10 y el 21% de las hospitalizaciones por aborto correspondieron a adolescentes de 15 a 19 años durante 1995. Además, un tercio de las adolescentes hospitalizadas por aborto sufren de sepsis, en comparación con una cuarta parte de las mujeres adultas (Singh, 1998).

En otros estudios realizados en diferentes países se indica que del número total de mujeres hospitalizadas por complicaciones de aborto, las mujeres de 15 a 19 años de edad representaron el 10% en Perú y de 21% en República Dominicana, según los datos disponibles para el año 1995 (Singh, 1998). En países como Chile se observó un incremento. De todas las mujeres que fueron hospitalizadas por complicaciones de aborto en 1970, 36% tenían menos de 24 años, mientras que en 1985 constituyeron casi el 50% (Palma y Quilodrán 1995).

En un estudio sobre cuidados postaborto durante 2002 en República Dominicana, donde también el acceso al aborto está muy restringido, Girvin (2004) muestra que 41% de las mujeres que acuden al hospital para recibir estos servicios son adolescentes menores de 20 años. Otro estudio en este país menciona que alrededor del 17% de las mujeres menores de 20 años que se practicaron abortos acuden al hospital por complicaciones derivadas de interrupciones del embarazo, espontáneas o inducidas (Paiewonsky, 1994).

Del mismo modo, un estudio indica que el Instituto Perinatal Materno de Perú atendió a 424 mujeres menores de 19 años por causas relacionadas con abortos. En la investigación se señala que las adolescentes embarazadas esperan mucho más tiempo antes de solicitar asistencia médica y ello las hace correr un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves (Almeyda Castro, 2001). Según estadísticas sanitarias de los establecimientos que atienden a mujeres con complicaciones de aborto en Perú, 14% de las admisiones por esta causa durante el año 2000 correspondieron a adolescentes (Ferrando, 2002). Gutiérrez y Ferrando (2004) estiman que de los 352 000 abortos provocados que ocurrieron durante el año 2000 en esa nación, 33 475 correspondieron a mujeres de menos de 20 años.

En México, el aborto constituyó durante 2001 la quinta causa de egresos hospitalarios entre las mujeres de 10 a 14 años en las unidades médicas de la Secretaría de Salud y representó el 4% de todas las causas de egresos. En el siguiente grupo de edad, es decir, en las mujeres de 15 a 19 años, el aborto fue la segunda causa de egreso hospitalario en ese mismo año (8%) (Velasco Murillo y Navarrete Hernandez, 2003). Asimismo, una tercera parte de las 300 mujeres admitidas en el Hospital de la Mujer de la Ciudad de México por complicaciones de aborto tenía menos de 20 años, indica un estudio realizado desde agosto de 1990 hasta enero de 1991. Del total de esos ingresos, 44% tuvieron relación con abortos inducidos (Elú, 1999).

Misago y Fonseca (1999) señalan que en una clínica del nordeste brasileño un 22.6% de las 2084 mujeres admitidas por complicaciones de abortos inducidos de octubre de 1992 a septiembre de 1993 tenían menos de 20 años. En un hospital de Santana-Bahía, de alrededor de 300 adolescentes hospitalizadas por complicaciones de aborto de octubre de 1995 a diciembre de 1997, 55.2% tenían complicaciones por abortos inducidos. En 30.2% de los casos el tipo de aborto no pudo definirse, pero los autores suponen que también fue provocado (Souza et al., 2001).

Weller también hace referencia a un estudio realizado en la ciudad argentina de Rosario, que comprendió la revisión de 1 220 historias clínicas de pacientes internadas en el servicio de ginecología de un hospital público, de marzo de 1990 a marzo de 1994. Del total de mujeres consideradas en la investigación, 115 de ellas (17.4% de los casos) fueron adolescentes de 14 a 20 años, internadas por complicaciones derivadas de abortos incompletos (Weller, 2000) .

La cuestión de los abortos a raíz de una violación sexual también se documenta de manera muy diversa en algunos países, pero con frecuencia sólo se aborda desde la perspectiva jurídica. En un estudio sobre el tema Lara et al. (2003), analizaron los 1651 expedientes de mujeres atendidas por abuso sexual de 1991 a 2001 en un hospital de México. Del total de ellas, 231 resultaron embarazadas por violación y 66% de ellas tenía de 10 a 19 años (7% de 10 a 12 años, 28% de 13 a 15 y 31% de 16 a 19). Únicamente en el 22% de estos casos se realizó un aborto legal, siendo la edad gestacional (no más de 12 semanas) el factor crucial y la barrera más importante para que se permitiera llevar a cabo el procedimiento. Estas limitaciones (edad gestacional y trámites burocráticos para su autorización) explican, en gran medida, que muchas mujeres continúen un embarazo involuntario, como fue el caso de Paulina, la joven a quien las autoridades mexicanas le impidieron abortar después de resultar embarazada, como consecuencia de una violación ocurrida en el año 2000.

Estas evidencias sobre las complicaciones del aborto muestran los riesgos a las cuales se exponen las adolescentes para interrumpir un embarazo no deseado. También ponen de manifiesto la necesidad urgente de que se facilite el acceso al aborto a las jóvenes, para que puedan interrumpir un embarazo en las mejores condiciones posibles.

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