Resumen : Por lo menos el 10% de los abortos en todo el mundo ocurren en las mujeres de 15 a 19 años de edad y el porcentaje sigue aumentando. Se cree que una tercera parte de los embarazos termina en aborto. Es difícil calcular la incidencia del aborto entre las adolescentes en el Perú debido a su carácter ilícito y clandestino. Una encuesta de estudiantes en la zona metropolitana de Lima reveló que el 40% de los embarazos terminaban en aborto, de los cuales un 88% eran abortos inducidos. En 1999, un total de 424 abortos en las mujeres menores de 19 años fueron atendidos en el Instituto Perinatal Materno. Cuando hay complicaciones, las adolescentes esperan mucho más antes de solicitar asistencia médica y ello hace aumentar el riesgo de graves complicaciones. Por lo general, el aborto inducido se debe a un embarazo no deseado producto de la actividad sexual temprana, la educación sexual deficiente, la falta de información sobre la anticoncepción, la falta de comunicación, el mal uso del tiempo libre, el consumo de alcohol o la drogadicción. Los factores que intervienen en la decisión de poner fin al emarazo son los siguientes: la importancia que el embarazo tiene para la adolescente, el apoyo del compañero o la ausencia del mismo, la actitud de la familia, los planes futuros que de la adolescente, el apoyo económico disponible, la autoestima y los valores y factores. El período del postaborto es una oportunidad para tratar los problemas que han contribuido al embarazo no deseado, para manejar los sentimientos de culpabilidad y para fomentar el amor propio y la reafirmación personal de la paciente. Un porcentaje elevado de adolescentes que abortan vienen de hogares desintegrados o disfuncionales. Se deben hacer esfuerzos para reintegrar a la adolescente en el hogar si la familia la ha rechazado. Durante el postaborto se debería proporcionar asesoramiento sobre la anticoncepción y las enfermedades de transmisión sexual. El aborto entre las adolescentes es un proceso traumático desde el punto de vista biológico, psicológico y social. La atención integral debería involucrar el manejo de los tres componentes por parte de un equipo multidisciplinario capacitado.
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