Perfil sociodemográfico y motivos de las mujeres para recurrir al aborto

Conclusiones

Aunque hay ciertas características comunes entre las mujeres que abortan en América Latina y el Caribe, no puede hablarse de un solo perfil sociodemográfico de quienes recurren a esta práctica en la región. Los pocos resultados de las investigaciones que hemos considerado en este capítulo acerca de tal cuestión, además de los motivos principales para interrumpir un embarazo, muestran una gran diversidad de situaciones entre los países latinoamericanos y a veces dentro de cada uno de ellos. La diversidad que se muestra en tales estudios también depende de las metodologías y fuentes de información empleadas. Las evidencias de que disponemos y la especificidad de algunas encuestas, por ejemplo las que se levantan en un ámbito hospitalario, explican la presencia de perfiles particulares en ciertos países. Éstos corresponden a la población estudiada –por ejemplo, las mujeres que tienen acceso a instituciones de salud donde se practican abortos o aquéllas hospitalizadas por complicaciones derivadas de dicha práctica–. Por lo mismo, los perfiles obtenidos difícilmente pueden ser representativos de la población en general.

No obstante, hay ciertos rasgos que comparten quienes abortan. Si bien tal práctica se observa entre mujeres de diferentes edades de la región, aparentemente se concentra en las edades más jóvenes y, por lo mismo, de mayor fecundidad. En ciertos países como Colombia y Cuba, además, de Guayana Francesa, Guadalupe y Martinica, la incidencia del aborto entre las jóvenes es aún mayor en las menores de 20 años.Esto se explica, en parte, por las dificultades que enfrenta dicho grupo de la población para tener acceso a métodos anticonceptivos, pese a que un mayor número de jóvenes tienden a tener relaciones sexuales a una edad cada vez más temprana.

Debe destacarse, asimismo, que una proporción considerable de los embarazos no deseados de las jóvenes y adolescentes, que muchas veces se interrumpen, son producto de violaciones, pues antes de llegar a la edad adulta, las mujeres de América Latina, al igual que en otras partes del mundo, son particularmente vulnerables al abuso sexual. Encuestas aplicadas a la población abierta y estudios realizados en servicios orientados a las mujeres, sugieren e ilustran las barreras legales, institucionales y morales que enfrentan las mujeres más jóvenes, para acceder a servicios de salud reproductiva, ya sea para interrumpir un embarazo resultado de una violación, o para ser atendidas por complicaciones de aborto. De mantenerse dichas barreras no sería sorprendente observar un incremento en la incidencia del aborto inseguro de ellas.

En los estudios que se revisaron, también se observa cómo la proporción de mujeres mayores de 40 años que recurren al aborto es generalmente más reducida. Es muy probable que la misma tendencia siga acentuándose en el futuro, debido al creciente número de mujeres de esa edad que optan por la esterilización en muchos países latinoamericanos. Por otro lado, la alta recurrencia al aborto también puede explicar las bajas tasas de fecundidad de las mujeres en Cuba y otros países de la región.

Otro rasgo diferencial que se observa es la mayor frecuencia de abortos en mujeres casadas y unidas consensualmente en algunos países, como Colombia y Perú, mientras que en otros la mayor incidencia se da entre las mujeres solteras, como es el caso de Cuba y Brasil. Destacan, asimismo, contrastes según la paridad, que revelan las preferencias reproductivas de las mujeres, ya sea para espaciar los nacimientos o para limitar su descendencia. Para las mujeres jóvenes, el aborto puede ser una manera de retrasar el nacimiento del primer hijo, por diversas razones, como suele ocurrir en Colombia. También es importante advertir acerca de los abortos repetitivos en partícular en las mujeres jóvenes.

Un hecho sorprendente y menos esperado que llama la atención y hay que subrayar -como también lo constata Guillaume (2004) en su análisis sobre el aborto en África- es la alta proporción de mujeres con mayores niveles de escolaridad que recurren al aborto. De acuerdo con la autora, sería de esperar que estas mujeres tuvieran un acceso más fácil a los métodos seguros y, por tanto, una mayor práctica anticonceptiva. Asimismo, se podría suponer que ellas estuvieran más conscientes de las consecuencias que implica exponerse a abortos de alto riesgo para su bienestar físico y mental. Las evidencias disponibles sugieren que las mujeres con mayores niveles de escolaridad usan mayormente medios para controlar su fecundidad y recurren al aborto con mayor frecuencia en ciertos contextos de Colombia, Perú y República Dominicana. Además, las mujeres que utilizan la anticoncepción se inscriben en estrategias de regulación de la fecundidad, y en caso de fallas anticonceptivas ellas interrumpen más frecuentemente sus embarazos que las mujeres que no utilizan ningún método.

Aunque sólo disponemos de algunos datos sobre la diferenciación de la recurrencia del aborto entre estratos socioeconómicos, la divergencia que se observa entre una cierta mayor frecuencia de aborto en los estratos más bajos en Colombia y una mucho menor en México, debe ser considerada con mucha cautela, con respecto a este último país. Lo anterior, debido a que, como es ampliamente reconocido, son las mujeres de clases sociales más bajas, quienes recurren las más de las veces a abortos inseguros, los cuales, por su carácter clandestino, dejan de registrarse. Los resultados de otros estudios con mujeres que acuden a los hospitales por complicaciones de aborto, como es el caso del Perú, corroboran que son precisamente las más pobres quienes optan en mayor medida por la interrupción del embarazo.

Por otro lado, las razones que conducen a un embarazo no deseado que puede terminar en un aborto se explican, en mucho, por factores culturales y sociales. Entre ellos destacan los relacionados con la identidad femenina (por ejemplo, el poder de negociación de las mujeres con sus pares), los cuales influyen, por ejemplo, en que éstas tengan relaciones sexuales desprotegidas. Retomando lo que señala Lamas en este capítulo, son tres las principales causas que subyacen ante un embarazo no deseado. La primera remite a la condición humana, en la cual la violencia sexual y los descuidos, olvidos, y deseos inconscientes juegan un papel central. La segunda alude a las carencias sociales, entre las cuales destaca la ausencia de programas de educación sexual, y la tercera corresponde a las fallas de los métodos anticonceptivos. A ello, se debe agregar la falta de conciencia que llegan a tener muchas mujeres de las altas posibilidades que tienen de embarazarse cuando tienen relaciones sexuales sin la protección necesaria, lo cual remite nuevamente a la ausencia de una cultura preventiva.

Las escasas evidencias empíricas de que disponemos acerca de los motivos que tienen las mujeres para recurrir al aborto en los países de la región, deben ser consideradas con mucha mayor reserva. Aún es insuficientemente adecuada la manera en que se indaga acerca de este tema; frecuentemente los motivos son mal definidos y se ignoran muchos otros relacionados con su entorno social. Se observa, sin embargo, que el tipo de relaciones en el seno de la pareja, y el papel que desempeñan los varones frente a un embarazo ejercen un papel importante como parte de  las razones para abortar. Otros motivos pueden deberse a la relación con los padres y otros miembros de la familia, sobre todo, en el caso de las adolescentes; a éstos se agregan las dificultades económicas que enfrenta la mujer y a su situación laboral o escolar, además de su proyecto de vida.

Sin embargo, en la gran mayoría de los países de la región, aun son escasos los estudios en los cuales se consideran la amplia gama de razones para abortar. Si bien se incluyen en algunas investigaciones las anteriormente mencionadas, son casi inexistentes las orientadas a conocer cuestiones relacionadas con la autonomía y los derechos de las mujeres. Tal situación podría obedecer a que las encuestas no incluyen, por lo general, aspectos, como los anteriores, que tienen un fuerte peso en las razones que llevan a recurrir al aborto, las cuales, por lo demás, deben ser socializadas entre la población y atendidas por los diversos programas e intervenciones relacionados con el aborto y la planificación familiar.

Los aspectos sobre el aborto incluidos en este capítulo plantean dudas aún no resueltas. Se requiere contar con mejores criterios y desarrollar métodos más eficaces para recabar información acerca de las características de las mujeres que abortan en América Latina y el Caribe. Esto permitiría conocer con mayor certeza su perfil y motivaciones, que, lejos de ser inmutables, suelen cambiar durante la temporalidad que ocupa el proceso de decisión para abortar. De este modo, sería posible, entre otras cosas, ir más allá de las particularidades y razones que suelen atribuirse a quienes interrumpen un embarazo, a menudo carentes de elementos para una comprensión más amplia y fundamentada. Para tales fines, se requiere de una perspectiva más amplia que recupere las experiencias de las mujeres en distintos momentos de su proceso de decisión para recurrir al aborto y en distintas etapas de su vida, así como la de otros actores sociales que participan en dicho proceso.

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