Resumen : Según las charlas que se tuvo con varios grupos de mujeres de edad madura y bajos ingresos en varios países de América Latina, la mayoría no estaban de acuerdo con el aborto. Sin embargo, su desacuerdo se hizo menos categórico durante las charlas de grupo sobre los motivos que tenían las mujeres para abortar, y las condiciones psicológicas y sanitarias en las que se producía. Ellas comenzaron a aceptar la necesidad de descriminalizar el aborto para proteger a las mujeres. La mayoría, fuertemente influida por la Iglesia Católica, creía que la vida humana comenzaba en el momento de la concepción. Otras no aceptaban el aborto porque temían que llegase a ser usado como método de control de la natalidad y promoviese la promiscuidad. La mayoría no aceptaba el aborto en el caso de las mujeres que trataban de escapar de la censura que la familia o la sociedad imponía en las madres solteras. También se mencionó el temor a los efectos sobre la salud o a la muerte causada por el aborto y también el temor al castigo divino. El reconocimiento de la angustia y el dolor que sufrían las mujeres cuando decidían abortar y la dificultad de satisfacer las necesidades materiales y de otra índole a muchos hijos fueron factores que dieron lugar a la reconsideración de la condena total del aborto. Las mujeres se dieron cuenta de que tales condenas nunca toman en cuenta las circunstancias de la mujer. Algunas mujeres consideraron que el aborto cuando se trataba de un embarazo no deseado era preferible a abandonar o descuidar a un hijo no deseado. Muchas de ellas llegaron a sentir que el aborto debería legalizarse, por lo menos en ciertas circunstancias.
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